(Primera Parte)
¿Quién ha escondido el amor por lo extinguido en una lata de recuerdos?
Veo caer el mar con sórdido estupor,
las olas (pálidas) se arrejuntan en los cuerpos encallados.
Cuando abres la boca tu voz ya no es tan tuya,
y un sonido constante, como de estática, grita alebrestado
Encalló en tu espíritu un corpus de devastación.
¿Qué te han hecho, corazón, que ya no sientes?
¿Quién palpita entre tus manos todo un mundo?
Veo que has perdido el rumbo.
Has escondido el querer de lo sagrado en aquel diván escrupuloso
Y entre la espuma burbujas témpanos giratorios.
¿Han dibujado un afán en tu memoria, un espejo reposado?
Hablemos entonces de mí
El caos en la despensa hace de mis sueños un fotograma, una telepatía
En la lejanía percibo los paisajes negros de Corusanta
Las nubes negras sobre los negros tejados
¿Dónde te han perdido los gritos en latín?
Fortuna tua lusisti.
Multi in mari morietur
Hay una prosperidad que corona con flores mi tumba
¿Es esa mi tumba junto al corrompido hombre acolmillado?
Tambor, tambor muerte, tambor golpe sobre la sien atrompetada.
¿Puedes escuchar acaso la latina ventura de un magno pueblo?
Están barreando marcas en las huellas los zapatos.
Están dedeando huellas en los vidrios las manos.
Ahora una araña espectacular nos saluda con su pinta lamparícea.
Hemos intentado danzar un vals mortuorio
Una sombra oscura de rusos en trajes caros
¿Qué te han hecho, religión, que no me inquietas?
¿Quién te ha roto, laminar, que me martillas?
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